Noticias Tecnología: Moviola Digital: Superpoderes en exceso

Con el estreno de ‘Iron Man 3′, la pregunta obligada es: ¿estamos viviendo una saturación de películas de superhéroes?

Desde sus inicios, el cine ha tenido una lógica fascinación por todo tipo de héroes en pantalla . Desde aquellos primeros filmes en los que Errol Flynn se convirtió en Robin Hood, el Halcón Marino o el Capitán Sangre, la pantalla grande se ha convertido en el vehículo idóneo para mostrar las aventuras de hombres y mujeres más allá de lo normal.

Con la llegada de los cómics y las infinitas posibilidades que éstos ofrecen a sus personajes, al dotarlos de superpoderes que los elevan por encima del héroe normal, el cine ha encontrado una mina de oro que ha sido, sigue y seguirá siendo explotada hasta el cansancio, más allá de si las películas en cuestión son buenas o no. La calidad no importa, sino la cantidad de dinero que sean capaces de generar no sólo en taquilla, sino a través de toda la parafernalia que existe alrededor del superhéroe en cuestión, llámese Thor, Iron Man, Spider-Man, Batman, Superman o el que quieran.

Y es que ‘Iron Man 3′ padece del mismo mal que la mayoría de las secuelas acerca de un superhéroe: es un producto bien hecho, entretenido, pero que cae en excesos narrativos que terminan por dejar la impresión de que se está viendo más de lo mismo.

Los hijos favoritos de DC

Los ejemplos abundan. Desde que Richard Donner llevara a Superman a la gran pantalla con gran éxito en 1978, con un Christopher Reeve que se volvió inmortal por su carisma y con los excesos kitsch de finales de la década de los años 70, las secuelas siempre han dejado algo que desear. En el caso del hijo pródigo de Kriptón fueron tres secuelas terribles, en las que se terminó más por caricaturizar al personaje que por respetarlo. Tampoco sirvió de mucho el intento de revivirlo que hizo Bryan Singer hace unos años, pues su visión parecía más la de un Jesucristo extraterrestre que la del hombre noble escondido tras su identidad de reportero. Y en la parte femenina, el gran atractivo físico de Helen Slater no fue suficiente tampoco para lograr que Supergirl se quedara en el gusto colectivo. Habrá que ver que ocurre con ‘Hombre de Acero’, de Zack Snyder, el nuevo intento por hacer actual y trascendente a un héroe que, en apariencia, lo tiene todo.

Pero a todos les pasa lo mismo. Cuando Tim Burton llevó a Batman a la pantalla grande, sus dos películas fueron aclamadas, sobre todo por presentar a un Hombre Murciélago diferente al de Adam West y la colorida y absurda serie televisiva de los años 60. Burton metió a Bruce Wayne a su mundo y le dio algo que, hasta entonces, le faltaba a los superhéroes del cine: humanidad. Respetando el concepto original de Bob Kane, Burton presentó a un Wayne lleno de rincones oscuros, dudas y deseo de venganza, algo que Joel Schumacher mandó al diablo para la tercera y cuarta entrega, regresando más al concepto kitsch y echando por la borda el buen sabor que dejó la primera película.

El contraataque de Marvel

Fue el propio Singer quien reinventó de alguna manera esté subgénero de superhéroes con ‘X-Men’, aplicando el mismo concepto que Burton algunos años atrás: humanizar a los personajes y hacerlos empáticos con la gente, y más tratándose de los eternos marginados, los incomprendidos, los ‘perdedores’ en más de un sentido. Singer repitió la dosis en la segunda parte, pero para la tercera todo quedó en manos de Brett Ratner, quien le dio un buen bajón a la historia. Nuevamente, una tercera parte que no estuvo a la altura.

Con Spider-Man ocurrió algo semejante. Sam Raimi logró una estupenda primera película acerca del superhéroe arácnido, la mejoró con la segunda parte, llena de situaciones divertidas, un estupendo soundtrack y un Tobey Maguire en su mejor momento como Peter Parker. Pero para la tercera parte, Raimi abusó. Aunque bien hecha, y entretenida, ‘Spider-Man 3′ es considerada por los fans como la más floja de esa saga, la cual es tan importante, en términos económicos, que Sony Pictures la tuvo que revivir con uno de los famosos ‘reboots’.

Y lo mismo ocurre con Iron Man. El primer filme revivió no sólo la carrera de Robert Downey Jr., sino que puso en las grandes ligas a su director, el bastante capaz Jon Favreau. Para la segunda parte, la inclusión de Mickey Rourke como el malo de la historia le dio otra perspectiva a la historia, que sin embargo ya se sentía algo repetida. Con ‘Iron Man 3′ (por desgracia ya no en manos de Favreau) vuelve a ocurrir lo mismo: una fórmula exitosa es llevada al extremo y termina por ser entretenida, pero más de lo mismo.

De hecho, los personajes de Marvel han sido los más constantes en cuanto a su participación en la pantalla grande, aunque no siempre con buenos resultados… o por lo menos no en la parte artística. Cintas como ‘Blade’, ‘Daredevil’, ‘Hulk’ (con dos versiones, una en 2003 y otra en 2008, de las cuales ninguna estuvo a la altura), ‘The Punisher’, ‘Elektra’, ‘Los 4 Fantásticos’ y ‘Ghost Rider’ han dejado mucho que desear, pero mientras este tipo de historias siga generando millones de dólares en taquilla, seguiremos viendo más y más historias de superhéroes aunque no tengan grandes méritos. Vaya, ni siquiera ‘Thor’ es tan buena película, pero era el vehículo perfecto para llegar hasta esa oda a los excesos que es ‘Los Vengadores’. Ojo, la película no es mala. Es muy entretenida, tiene grandes estrellas y buenos efectos especiales (sin llegar a maravillosos)… pero es excesiva. Demasiada acción sin ton ni son y muchos personajes. La película pudo haber sido mucho mejor sin Scarlett Johansson y Jeremy Renner como Viuda Negra y Hawkeye, respectivamente. Pero fue un trancazo en taquilla, ubicándose como la tercera más exitosa de la historia.

Las Reinvenciones

El término tecnológico ‘reboot’ ha sido aplicado al cine como una manera de ‘reiniciar’ una historia, dejar de lado lo ya hecho y visto y comenzar tal o cual historia de una manera diferente. Es una forma que tienen los estudios y los cineastas de corregir los errores hechos en otras películas.

El primer ejemplo de un reboot bien hecho fue ‘Batman Inicia’. Christopher Nolan se olvidó del Batman de Burton y Schumacher y le dio un giro más oscuro y creíble, convirtiendo al filme en el ejemplo a seguir para los demás. Repitió la dosis con ‘El Caballero de la Noche’ y ‘El Caballero de la Noche Asciende’, para mi gusto la mejor de las tres. Pero el de Nolan es el típico ejemplo de la excepción que confirma la regla, pues por lo general las segundas y terceras versiones van perdiendo la brújula.

Con Hulk se intentó hacer, pero ni el filme de Ang Lee, ni el de Louis Leterrier, fueron lo suficientemente satisfactorios. El colmo de un reboot fue ‘El Sorprendente Hombre Araña’, filme de Marc Webb estrenado el año pasado pero apenas a cinco años del último filme de Raimi. ¿En realidad tenía que volverse a contar desde el principio la historia del arácnido? No, pero puede más el dinero que el valor artístico. Habrá que ver qué ocurre con ‘Hombre de Acero’, pero el futuro está lleno de más y más películas de superhéroes, lo que terminará por saturar y demeritar lo que en un principio era una buena idea: mostrar al mundo las aventuras de grandes superhéroes, de los cuales el mundo real necesita una buena dosis.