Orc Attack: Flatulent Rebelion es inmaduramente divertido

Orc Attack es un juego del que puedes no haber oído hablar. Yo mismo no sabía nada de este juego hasta que uno de sus desarrolladores me propuso a mi y a unos amigos una preview exclusiva. Actualmente está en fase final de desarrollo de mano del pequeño estudio Casual Brothers. Su premisa parece más un chiste guarro que un concepto para un videojuego pero, tras su irreverente apariencia, Orc Attack oculta una experiencia de juego delirante y unas mecánicas de combate tremendamente pulidas. Estas son mis primeras impresiones de Orc Attack

Siguiendo la aventura de cuatro orcos gordos, feos y flatulentos, Orc Attack nos brinda una experiencia que recuerda a los __arcades más intensos_, con un formato beat 'em up en tercera persona en la que estos cuatro animales tendrán que repartir dolor con ambas manos para salvar su aldea de los químicos venenosos vertidos por los humanos en su camino al progreso.

Humor de guardería

Orc Attack salta a la vista por su temática. Seguidme hasta el final: Cuatro guerreros orcos se ven afectados por la polución provocada por el progreso del ser humano. Esto les provoca un serio caso de gases. Tras recibir un entrenamiento místico por parte de un chaman de su aldea, aprenden a controlar sus flatulencias y a utilizarlas para provocar devastadoras explosiones. Armados con mazas, hachas, palos tachonados y sus propios gases, parten con la intención de salvar sus aldeas y detener a los humanos.

Tuvimos ocasión de someternos a Orc Attack durante unas tres horas y salí pensando que, desde que cumplí los diez años, no había dicho ni oído la palabra "pedo" tantas veces en tan poco tiempo. Ni acompañada de tantas risas. Orc Attack se sostiene principalmente sobre su modo multijugador. En muchos sentidos recuerda a Castle Crashers. Es cierto que estás trabajando estrechamente con tus compañeros para avanzar pero "ese martillo es mio ". De hecho, el nivel de compenetración necesario para avanzar fluidamente a traves de Orc Attack es aun mayor que el que Castle Crashers exige.

Desde el principio del juego, los gases de los protagonistas pueden combinarse para crear explosiones elementales cuyo efecto depende de quién se tiró el pedo. Pero estas nubes de densa niebla verde no van a explotar por que sí. El catalizador para provocar esta explosión es un eructo, que no puede ser del mismo orco que lanzó la flatulencia inicial. Dado que las nubes de gas se dispersan rápido, desencadenar explosiones ventosas requiere coordinación. Y qué magníficas explosiones. Cada orco provoca un efecto diferente cuando sus ventosidades detonan, quemando a los enemigos con fuego o ácido, convirtiéndolos en piedra o congelándolos. Pedos mágicos.

Además de eso, a medida que avanzamos en nivel vamos aprendiendo más formas de combinar esfuerzos, permitiendo, por ejemplo, a unos orcos subirse encima de otros para alcanzar a enemigos más altos.

Pulido al detalle

Orc Attack brilla por como logra que un grupo de cuatro adultos griten y repitan una y otra vez la palabra "pedo". Pero no podría conseguirlo si no hiciese bien casi todo lo demás. Orc Attack es un juego de machacar botones pero tiene su propio ritmo interno. El caso más claro es la evasión: Durante una voltereta, tratar de hacer otra o lanzar un ataque resulta en una torpe caída de nuestro personaje, que frena su movimiento y le deja vulnerable. La manera correcta de evadir es esperar al punto preciso del movimiento antes de tocar de nuevo el botón. Este particular tempo aparece en otros elementos del juego, oculto entre la tormenta de ataques y pedos.

El sistema de equipo o personalización, contando con diferentes cascos y armas pesadas, transforma aliados en enemigos cuando el compañero de tu izquierda recoge el casco del jefe final de la pantalla. Le miras con complicidad porque los jefes son asuntos serios y batallas intensas en este juego pero, por dentro, estas deseando que le rompan la cara los enemigos del siguiente nivel para robarle ese casco. En menos de tres horas perfeccioné la técnica de robo de equipo superior. Voltereta-robar-casco-voltereta. Directamente debajo del boss, directamente encima del cadáver de tu compañero al que resucitarás más tarde. Acompañado de una risa maligna y triunfal.

Una elección interesante de control es la necesidad, en la versión de Playstation 3, de sacudir el mando para aporrear el suelo. Esto se usa tanto para activar diferentes mecanismos como puentes y puntos de guardado como para recuperarse de ataques incapacitantes y para revivir a compañeros caídos. Inicialmente pensé que podrían habérselo ahorrado pero al final sí conseguí que agitar el mando como un poseso me encajase en mi experiencia de juego.

Algunas cosas huelen mal

Aunque en su mayoría lo achaqué a que el juego aún no está terminado, si encontré un par de factores que, de no ser corregidos, podrían dañar el producto final. El interfaz podría ser mejor y ofrecer la información de forma más clara, la cámara hacia cosas raras de vez en cuando y los consejos que salen en la pantalla durante el gameplay no los leimos porque estábamos ocupados matando. Pero todo eso se puede pulir en los últimos meses de desarrollo.

Lo que no se puede pulir, ni arreglar sin descartar el juego por completo, es la necesidad imperativa de jugar con, al menos, un amigo y, preferiblemente, con tres. La mayoría de las cosas que hacen de Orc Attack una experiencia divertida se pierden si no se juega cooperativo. Incluso aunque se introdujese una campaña para un solo jugador con mecánicas exclusivas y a la altura de las que ya tiene, me resulta difícil imaginarme a mi mismo en mi cuarto jugando solo a este juego y pensando "Pedo... jejeje...", mucho menos riéndome a carcajadas.

Pareciéndose tanto a Castle Crashers es solo normal que caiga en algunos fallos similares. Con docenas de enemigos en pantalla y pedos explotando por doquier, no es difícil perderte entre el caos y la confusión. La perspectiva no hace mucho por ayudar en las secciones de plataformas y tener que conseguir cada casco con cada personaje con cada cuenta para desbloquearlo en todos ellos puede ser tedioso.

Pizza (Conclusiones)

Esto es solo el contenido que pude ver. Seis niveles con su reparto de enemigos, tres jefes finales con sombreros que robar y una horrorosa y caótica misión de escolta de la que espero que no haya más. En menos de tres horas pasé de "no se si este juego de pedos me va a gustar" a "Este juego es elemento central e indispensable en cualquier fiesta". Orc Attack puede no ser perfecto pero cumple su propósito. Echarse unas risas con amigos y detonar pedos petrificadores.

Orc Attack: Flatulent Rebelion no estará disponible hasta verano en XBLA y PSN pero podeis seguir el desarrollo en la web del proyecto. Mientras tanto, necesitan tu ayuda para lograr que les aprueben en steam greenlight .

Os recomiendo que os lo mireis y, como Orc Attack ha sido bueno, cenará pizza.

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