- Probamos (por fin) Xbox One, la siguiente consola de Microsoft.
- Los cambios que la compañía ha introducido en el nuevo mando son esenciales para entender la nueva experiencia de Xbox.
- El diseño del sistema operativo y del dashboard, otros de los grandes protagonistas.
Presentada de manera oficial en Mayo y conocida formalmente en Junio durante la E3, la Xbox One es la apuesta de Microsoft para la siguiente generación. Después de ver su trayectoria durante todos estos meses de preparación antes del lanzamiento, de los inevitables conflictos y comparaciones con PlayStation 4 y de conocer la fecha de llegada definitiva (22 de Noviembre en España y México) hemos podido por fin ponerle las manos encima y sacar unas conclusiones más sólidas acerca de la nueva Xbox One.
La consola
Acusada desde su presentación de parecerse a un gigantesco reproductor de VHS, al verla en persona afortunadamente se deja unos cuantos kilos por el camino. Dimensiones aparte, y aunque esas líneas tan cuadrangulares no le favorecen demasiado, la consola es apenas 3-4 centímetros más alargada que la Xbox Slim y la 360 Original. Es sin embargo más delgada, y puesto que está diseñada para ser colocada de manera horizontal lo que percibimos principalmente de todo el dispositivo es la parte frontal, algo que también ayuda mucho a percibirla más pequeña de lo que realmente es.
Los acabados son buenos, probablemente los mejores de la historia de la Xbox pero con ese negro tan uniforme las líneas se pierden bastante. Para mí, la consola más bonita y estilizada que ha hecho Microsoft sigue siendo la Xbox 360 Slim. En este caso algún toque plateado o cualquier mínimo elemento decorativo más allá de las rejillas de ventilación se habría agradecido bastante. Dicho esto, se nota que es un elemento concebido para reposar de manera elegante, hasta discreta, junto al resto de elementos que se conectan normalmente a una televisión. Es decir, se aleja de las líneas más agresivas y más gamer de la PlayStation 4. No es únicamente una consola, es un centro de entrenimiento completo orientado a un público más amplio y eso se deja ver ya desde el mismo diseño.
El mando
Pero el santo grial, la joya de la corona indiscutible que tiene la nueva Xbox One es su mando. Con una larga lista de 40 mejoras aplicadas sobre el controlador de Xbox 360, también engaña en las imágenes promocionales y es mucho menos parecido a su antecesor, sobre todo en el tacto y la ergonomía en las manos, de lo que aparenta.
Contrario a mis creencias antes de probarlo, el mando de Xbox One probablemente lleve asociada una curva de aprendizaje relativamente pronunciada, incluso para los jugadores más hardcore de 360 (o quizá especialmente en su caso). Algunos de los motivos:
Mayor suavidad en los sticks: Según mi experiencia los sticks se mueven de manera mucho, mucho más suave. Las implicaciones que tiene este cambio son varias, por un lado aumentan de manera exponencial la precisión, por otro jugar durante mucho tiempo es menos cansado. Realizar un giro en el nuevo Forza por ejemplo, uno de los juegos que hemos podido probar, es una tarea mucho más precisa y medida que en la Xbox 360. Otro de los grandes beneficiados con este cambio serán los shooters.
Gatillos y botones al alcance de manera simultánea, por fin: Una de las cosas que más me molesta del mando de Xbox 360 es que apretar los botones traseros (LB, RB) y los gatillos (LT, RT) a la vez es bastante incómodo. Un caso llamativo es en aquellos juegos en los que se dispara con RT y se recarga con RB (Gears of War, sin ir más lejos). En esa situación dado el diseño del mando lo normal no es reposar el dedo índice sobre el botón y el corazón sobre el gatillo sino ir alternando con el índice entre uno y otro. Debido en parte al mejor agarre (ver el siguiente punto) y a la ubicación de los nuevos gatillos este problema se solventa y podemos usar ambos dedos para utilizar gatillo y botón de manera indistinta y con total comodidad.
Sensibilidad en gatillos: Al igual que en su momento la vibración en los mandos supuso una revolución por el feedback que transmitía, en la Xbox One estos cambios se aplican también a los gatillos. Así por ejemplo estos no se comportan igual si estamos manejando el coche por fuera de la pista, en la arena, que por el asfalto, o el feedback háptico en el gatillo no es igual manejando un tipo de arma que otra. Un pequeño gran cambio que aplicado del modo adecuado por parte de los estudios puede dar resultados espectaculares.
Mejor agarre: Se nota ya con los botones traseros pero con la nueva forma más estilizada el agarre general y la ergonomía del nuevo mando de Xbox One es espectacular. Infinitamente más cómodo y al cabo de un rato acabas teniendo la sensación de tener una herramienta más potente y más precisa que nada que haya habido antes en una consola. El mando es al fin y al cabo la única barrera que separa al jugador de las acciones que ocurren en la pantalla, con el nuevo mando Microsoft ha conseguido acortar esa distancia más todavía.
Los gráficos
Aunque sea por una traición del subconsciente, uno desea sentarse delante de una Xbox One y esperar a ser deslumbrado por la calidad de los gráficos y por escenas nunca vistas aún antes en un videojuego. Por desgracia, y por el momento, esto no es así. La calidad de los títulos que hemos probado (Ryse, Killing Force, Dead Rising 3 y Forza Motorsport 5) es excelente y sí, ligeramente superior a la que podemos ver en títulos de Xbox 360, pero nada del otro mundo o algo que vaya a deslumbrarnos desde el primer minuto.
Como la mayoría sabrá, es algo que entra dentro de lo esperado y es completamente normal dada la poca madurez de la consola. Basta comprobar la baja calidad en su día de juegos como Halo 3 (lanzada al tiempo que la Xbox 360) con la de Halo 4, o la del primer Gears of War con Gears of War 3 para ser conscientes de ello. No quiere decir que no sea apreciable, se nota sobre todo en bordes y dientes de sierra, en iluminación y en fluidez pero no es nada radical o que justifique por sí solo el término de next-gen. Será interesante, eso sí, comprobar las diferencias en títulos como Call of Duty: Ghosts y Battlefield 4 que serán lanzados para ambas plataformas.
El Dashboard
La última parte a la que hemos dedicado atención en nuestro primer contacto con la Xbox One ha sido el del dashboard. Durante el periodo de vida de la Xbox 360 este pasó de ser algo medianamente usable a tener, indiscutiblemente, la mejor y más usable interfaz de todo el panorama actual de consolas. En el caso de Xbox One se nota que también han puesto mucho mimo a este apartado y los resultados son en general bastante buenos.
Por fin podemos acceder al dashboard desde el propio juego, que se queda en pausa mientras tanto, y aunque en general el diseño guarda líneas casi idénticas con respecto a la versión anterior estas son más suaves así como las transiciones entre los distintos menús.
Algunas partes de la interfaz, como la clásica notificación cuando conseguimos un logro, también se han rediseñado. El resultado general es más elegante y al mismo tiempo más sobrio, más equilibrado pero sobre todo mucho más enfocado a disfrutar el dashboard yendo más allá de la primera pantalla, la de Juegos, que es la que probablemente más de uno use el 99% de las veces.
Sensaciones generales
Es todavía pronto para decir si Xbox One será un producto redondo, más aún para meterse a hacer comparativas y competiciones contra PlayStation 4 pero lo que sí queda claro sin hueco para dudas es que Microsoft ha hecho bien sus deberes, de principio a fin. Las mejores bazas de la nueva consola pasan por el mando como principal arma de batalla, la interfaz del dashboard y las posibilidades multimedia (podemos conectar nuestro descodificador de cable o TDT para integrarlos con la consola).
Sus principales debilidades por el momento las veo en el terreno de juegos iniciales de lanzamiento que sean potentes (sin menospreciar a los que ya hay, pero el retraso de Watch Dogs ha sido un golpe muy duro), el precio, y que tengamos que comprarla sí o sí con Kinect, algo que como afirma Microsoft forma parte de la experiencia intrínseca de la consola pero que más de uno va a encontrar que simplemente le sobra.
El lanzamiento de Xbox One está previsto el 22 de Noviembre en España y México, con el resto de países de Latinoamérica aún por concretar.
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