Cuando la semana pasada se hizo oficial la compra de Nokia por Microsoft, Microsoft heredaba todo lo que formaba parte de Nokia, tanto lo bueno como lo malo. Y lo malo no ha tardado en aparecer ni una semana: **sus ingresos caen mientras que sus pérdidas aumentan*.
Como informa mediante este comunicado, a Nokia no le ha ido muy bien este trimestre. Con respecto al año pasado, sus ingresos han bajado un 30%, pasando de ganar 2765 millones de € (3830 millones de $) el año pasado a ganar 1929 millones de € (2670 millones de $), con un aumento en sus pérdidas de 120 millones de € (166 millones de $) en el cuatrimestre pasado, a 326 millones de € (452 millones de $) en este cuatrimestre. Además, con respecto al trimestre anterior, los beneficios han caído 700 millones de € (900 millones de $) en tan sólo 3 meses.
Estas pérdidas son sobre todo en la venta de smartphones, aunque no son muy precisos en cuántas unidades han vendido. Además, otras divisiones de Nokia están bastante mejor, como la división de HERE Maps, que ha dejado de registrar pérdidas; o su división de patentes, que ha aumentado sus beneficios con respecto al año pasado. De todas formas, hemos de tener también en cuenta que estas cifras han sido previas a la presentación y venta de sus nuevos dispositivos con Windows Phone 8.1, tales como el Lumia 930 o los gama media Lumia 630 y 635, con lo que quizás para el siguiente trimestre estas cifras cambien.
No hay duda que a Microsoft se le presenta un reto interesante y difícil a partir de ahora, puesto que, aunque van a distribuir Windows Phone al resto de compañías móviles de forma gratuita para facilitar su expansión, a diferencia de antes que tenían que pagar entre 10 y 15 $ por terminal que usara Windows Phone, Nokia es la OEM con mayor apuesta de Windows Phone en el mercado, por lo que el éxito o fracaso de Nokia involucraría de forma directa a Microsoft y su Windows Phone.
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