Un grupo de desarrolladores de la universidad de Carnegie Mellon están intentando encontrar un mejor modo de interactuar con los smartwatches que una interfaz táctil.
A veces, cuando un nuevo producto arriba al mercado, lo bien que se han implantado las tecnologías que le precedieron hace que que nos planteemos mal cómo deberían funcionar. No es la primera vez que sucede, y hay infinidad de casos, como los primeros smartphones de Nokia que utilizaron teclados numéricos, mientras que el teclado QWERTY siguió oponiendo resistencia hasta hace muy poco. Otro clásico ejemplo son las interfaces con puntero de ratón y Windows XP que vimos en los primeros tablets.
Algunas tecnologías están tan arraigadas a nosotros que a veces a los fabricantes les cuesta aceptar que no sirven para explotar todo el potencial que ciertos dispositivos podrían tener. Ese es el caso de los smartwatches, siendo que la mayoría de los planteamientos actuales están claramente influenciados por las interfaces táctiles de tablets y smartphones.
Cayendo en la cuenta de esto, un equipo de investigadores de la universidad Carnegie Mellon decidieron encontrar una solución a tal predicamento. La respuesta era obvia, usar los sensores de este tipo de dispositivos para controlarlos mediante gestos, como rotar la muñeca y demás.
Como puedes ver en el vídeo, se trata de una interfaz de usuario mucho más sencilla que usar los dedos en una pantalla tan pequeña, algo que seguramente aquellos con manos grandes sabrán agradecer. El problema tras todo esto, claro, es qué tan intuitiva puede ser este tipo de interfaz, un factor muy importante para el éxito comercial de este tipo de productos.
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